sábado, 28 de marzo de 2020

"... No soy de un pueblo de bueyes,

que soy de un pueblo que embargan / yacimientos de leones, / desfiladeros de águilas / y cordilleras de toros / con el orgullo en el asta..." Miguel Hernández falleció el 28 de marzo de 1942 en la enfermería de la cárcel de Alicante.

Hace unas horas, me preguntaba un chisconero e incluso me pedía aclaración sobre una frase escrita por mi el viernes 27 de este marzo de lucha y relacionada con la desinfección de residencias para mayores; en concreto "sin distinción". 
Tiempo habrá, reitero, para exigir responsabilidades a quienes otorgaron la gestión de las públicas a validos y carroñeros, las mismas que deberán asumir los que ofrecían servicios espléndidos y contrataban a personas sin cualificación profesional con sueldos indignos y que no han huido ante las consecuencias de la pandemia sino que ofrecen humanidad y decencia.

Tampoco, hasta que los reinos briboneros de a cuatro como el resto del mundo consiga fulminar al maldito virus haré comentario sobre la actuación de determinados políticos que se aferran a la falsedad y al odio porque no cabe duda ya que vamos a salir de tanto dolor y tanto pavor pero con un nuevo modelo de sociedad y en donde no camparán a sus anchas especuladores y demás patulea.

Prefiero que la esperanza se haya instalado en mis entendederas y pensar que esa Ciudad de la Justicia madrileña, derroche de corrupción al igual que tantas construcciones absurdas en los días de vino y rosas para mayor "gloria" de ineptos y mediocres tenga ahora una utilidad imprescindible: acoger a los fallecidos.

En cuanto a este rincón del Mediterráneo, 


                                
Una obra teatral


Una película




Y



                                         -Pepa Terrón-