lunes, 23 de marzo de 2020

De carencias

Eran evidentes como se ha comprobado pero ya habrá tiempo de exigir explicaciones . ¡Ojalá hoy se distribuyan las ayudas llegadas de la empresa gallega cuestionada hace un año por donar equipos necesarios para el tratamiento del cáncer o de Huawei!.

El maldito virus ha puesto de relieve la fragilidad del estado de bienestar, del individualismo y a la vez de la solidaridad a gran y pequeña escala. 

Hay pavor porque ya tenemos a alguien cercano, a alguien tocado por la pandemia y ya hemos perdido gente querida en este revés mundial que será largo, mal que me pese.

Confinados, valoramos ahora las calles de esquinas alegres y tristes, con gritos, molestias, tráfico, manifestaciones, chismorreos y encuentros protocolarios o afectuosos.

Los continuos llamamientos tratan de animar y de unir, desde las canciones al aplauso de unos a otros en busca del placebo que ayude a mitigar tanto dolor.

Y en cascada inagotable se suceden los ertes, las peticiones económicas y las reivindicaciones de colectivos y variadas profesiones que deben proseguir para garantizar los servicios básicos.

Poco puedo hacer salvo cumplir a rajatabla. En esta etapa soy población de riesgo y de soledad ... ¡podría hablar largo y tendido!. De ahí que resisto bien los días y las noches rememorando situaciones, hechos, felicidad y pena para no dejarme arrastrar por el pánico.

Eso sí, me he prometido no cuestionar ni a los que muestran su cuarentena en entornos privilegiados ni a quienes jamás se acordaron de mi línea telefónica porque no nos unió nada más que un hecho puntual y ahora envían recomendaciones, vídeos y martingalas preventivas porque están basados en la necesidad imperiosa de sentirse vivos.

En cuanto a este rincón del Mediterráneo, al parecer, la comunidad china ha donado mascarillas, lejos ya de su primera utilidad. Los trabajadores de limpieza no la llevan. Así es que, ¡nobleza obliga!.

Una compañía


¡Tan cerca y a la vez tan lejos!


Y una certeza



                                                   -Pepa Terrón-