viernes, 31 de julio de 2020

"Hemos de procurar no mentir mucho

Sé que a veces mentimos para no hacer un muerto / para no hacer un hijo o evitar una guerra. De pequeña mentía con mentiras de azúcar, decía a las amigas: "Tengo cuarto de baño" -mi casa era pobre con el retrete fuera,. "Mi padre es ingeniero" y era sólo fumista pero yo le veía ingeniero ingenioso. Me costó la costumbre de arrancar la mentira, me tejí un vestido de verdad que me cubre, a veces voy desnuda. Desde entonces me quedo sin hablar muchos días". Gloria Fuertes.

Aumentan los contagios, desgraciadamente y ya he perdido la cuenta. Mientras, siguiendo la tradición española, unos culpan a los partidarios de botellones, otros a los que se reúnen en amor y compaña (aunque se destrocen dialécticamente al igual que en Navidades) y de paso a los osados que han llegado a los reinos briboneros de a cuatro en avión o en lo que se tercie.

El hecho concreto es que -siento el pesimismo- este segundo ciclo (a pesar de que debería escribir oleada) me temo que ya se ha instalado y volvemos a las pérdidas humanas, a las económicas y a una situación de descrédito brutal, algo que hará más daño puesto que desde hace años se vive del sol,  playa, cultura y poco más.

En cuanto a este rincón del Mediterráneo, a pesar del trabajo, 



de los esfuerzos y de la educación que demuestran prácticamente todos los controladores, los cretinos se dan en todas las nacionalidades.  Irresponsablemente plantan la toalla al lado de una ajena o se meten literalmente en una sombrilla que no es la suya o se cuelan por cualquier hueco a pesar de que el aforo esté completo.
Los corrillos en la orilla, tan habituales  no cesan y por las conversaciones a voz en grito descubres que habitan en el mismo edificio y que se ven desde año en año pero la proximidad y algún abrazo aterran.

Por otra parte, en el digital odiado por algunos se lee que una niña ha perdido la vida en una piscina y 


Una lectura



Y


                                              -Pepa Terrón-