como en información de su derecho / a escribir del cuñado el atroz hecho / en las hojas de aquella verde planta. / Ponga, pues, fin a las querellas que usa / pues ni quejarse ni mudar estanza / por pico ni por pluma se le veda . . .". Luis de Góngora y Argote.
La gente de mi quinta escuchaba una y otra vez: "Éramos pocos y parió la burra" aunque también, según otra versión, paría la abuela, cada vez que un problema, un incidente o un pago no previsto reventaba las más bien escasas economías familiares.
Nombres "ilustres" de todos los sectores mundiales zascandilean muy a su pesar en los papeles de Pandora, el nuevo trabajo de los miembros del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.
Y en este escarnio que a la gente de bien abofetea, indigna y asquea, el culebrón: la rubia conocida y tratada durante años por validos, empresarios, ministros, pelotas y políticos de distintas siglas, al parecer, iba a dejar -cuando espichara- miles de jurdós al que dilapidó el prestigio del que gozaba en estos reinos briboneros de a cuatro y para el que más tarde pidió orden de alejamiento.
Ya puestos, quienes dilapidaron a Rita Barberá y que eran los suyos han santificado su memoria en Valencia.
En cuanto a este microcosmos endogámico, contrastes en escasos metros
Un artículo
Una puesta en escena
Y unos premios