Aquí pasaba a pie por estas calles, / sin empleo ni puesto y sin un peso. / Sólo poetas, putas y picados / conocieron sus versos. / Nunca estuvo en el extranjero. / Estuvo preso. / Ahora está muerto. / No tiene ningún monumento... / Pero / recordadle cuando tengáis puentes de concreto, / grandes turbinas, tractores, plateados graneros, / buenos gobiernos. /Porque él purificó en sus poemas el lenguaje de su pueblo, / en el que un día se escribirán los tratados de comercio, / la Constitución, las cartas de amor / y los decretos.". Ernesto Cardenal.
Vivimos tiempos disparatados en estos reinos briboneros de a cuatro en los que se pide a la población a lo ancho y largo de los confines que se quede en casa mientras Carme Forcadell, ex presidenta del Parlament lo primero que ha hecho al salir de prisión es fundirse en abrazos. En el otro extremo, la inigualable presidenta de la Comunidad de Madrid que en Barcelona declaraba que "es un delito, con el clima que teneis en Cataluña, tener todo cerrado, la gente en sus casas, arruinada y decir que es la manera de sortear una epidemia".
Ya puestos, Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo cree que Semana Santa puede ser la fecha de reinicio de viajes nacionales "si se dan las condiciones de seguridad" y se aceleran las vacunaciones.
Mientras hay sanitarios que no han recibido ni la primera dosis y la muerte se ceba en las residencias.
En cuanto a este rincón mediterráneo
Una lectura
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