martes, 4 de agosto de 2020

"... Para la libertad me desprendo a balazos

de los que han revocado su estatua por el lodo. / Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos, / de mi todo...". Miguel Hernández.

Siempre me ha enternecido la vejez y ahora más nunca ya que me encuentro en esta etapa. Cierto es que cuando se contempla la fragilidad, la decrepitud  y la cercanía de la muerte no hay que olvidar que en tiempos fueron y fuimos buenas, regulares o malas gentes y de ese modo  la conmiseración no nublará las entendederas. 

Sin embargo, él que se va, se "exilia", "huye" o acepta "invitación" (todo esto y más leeremos durante mucho tiempo) me inspira enfado (sólo hay que hacer recorrido por la prensa internacional) y vergüenza por la soberbia que se desprende del comunicado, porque nadie de quien puede le ha retirado el título honorífico y quizá porque ni tan siquiera en el último momento hay atisbo de recuperar el prestigio del que gozó y que ha dilapidado a lo largo de los años. 

Los voceros y validos, reidores de sus gracias llamadas borbónicas, justificadores de salidas de tono como algún manotazo a un conductor, gestos desagradables y si me apuran de desprecio en público- a Sofía de Borbón, han clamado que, al fin y al cabo, que se puede esperar de un ex comisario en prisión y de una despechada, olvidando intencionadamente que hay millones de personas a las que nos importa una higa vidas personales, amores y amoríos y que se puede pertenecer, presuntamente, a mafias y cloacas del Estado pero no significa que no trascienda un hedor insoportable a hipotéticas corrupciones, testaferros, paraísos y dinero no declarado a la Hacienda española.
¿Hay que resaltar que su abogado declare que estará a disposición del Ministerio Fiscal?. 

Y por si fuera poco, en la etapa en la que la pandemia avanza, desgraciadamente; la sanidad pública se resiente y la crisis económica ha reventado presentes y futuros.

En cuanto a este rincón del Mediterráneo, hay quien olvida que no son familia, que sólo comparten edificio y que hay que procurar distancia física.




Por otra parte, el digital odiado por algunos, señala el mal funcionamiento, al parecer, de la App playera.

Además


Una zarzuela



Y una película



                                                -Pepa Terrón-