domingo, 7 de noviembre de 2021

"...Qué lástima!,

Que no pudiendo cantar otras hazañas, / porque no tengo una patria, / ni una tierra provinciana, / ni una casa solariega y blasonada, / ni el retrato de un mi abuelo que ganara una batalla, / ni un sillón viejo de cuero / ni una mesa, ni una espada, / y soy un paria que apenas tiene una capa ... / venga forzado a cantar, cosas de poca importancia". León Felipe. 

El 16 de octubre pasado señalé que nos "volveríamos a encontrar dentro de unos días".  Dicho y hecho. "Acudo" hoy a nuestra cita como he venido haciendo desde 2010 cuando se me ocurrió la idea de que los habitantes del municipio querido pero endogámico, a veces imposible, que fue hermoso y ahora es un conglomerado de edificaciones sin mucho criterio arquitectónico, con deficiencias a casi todos los niveles, perdido en el sueño de lo que puedo ser y no es, tuvieran un "hueco" en el que expresar opiniones, 

Y se logró a pesar de dificultades, de denuncias, de anónimos insultantes, de largas peroratas en la intimidad de los correos electrónicos (más de nueve mil), de horas y horas frente al ordenador para evitar que se traspasaran los límites de la libertad de expresión y el comentario fuera revancha pero también de reconocimiento de los que, por mor de unas líneas, pasaron a formar parte de mi bagaje vital.

En esta más que larga década he aprendido a valorar soledades y a comprender más al ser humano frente al afán desmedido de "ser alguien" aunque alguno jamás será tolerado en estas tierras antiguas por sus bandazos políticos y personales. 

Por supuesto que he sufrido y, en ocasiones, el dolor se me ha "instalado" en las entendederas. También he reído interiormente y no sólo por mi ingenuidad. 

Ha llegado, por tanto,  el tiempo de "descansar" para mi. No es un adiós sino un hasta siempre porque como sostuvo Ramón Gómez de la Serna "lo más importante de la vida es no haber muerto".  

Así es que, quiéranse, respétense y no se abandonen a nada y a nadie. Este ha sido, es y será mi ideario.