la esperanza, el día solitario / y la venganza. / No tenemos salida / con la carga infinita de los muertos. / Nos inundan, / nos cubren de pesados pasillos, / de toquillas de abuelas, / de retratos tiernisimos / de papá y mamá recién nacidos. / Tenemos, como el mar, / un enorme recuerdo en las espaldas, / que nos detiene al lado de las playas, / las plazas, las viejas catedrales destruidas". "Jardín de la memoria". José Antonio Labordeta.
No hay día en el que algo relacionado con la irrepetible, inigualable, insólita y "marcianesca" presidenta de la Comunidad de Madrid no sea noticia. Al fin y al cabo, ella y sus adláteres o éstos y ella están dispuestos a llegar, como sea, a hacerse con el control del PP y, de paso, en un futuro con el Gobierno. Lo demás, incluido el espanto de fallecimientos, UCIS colapsadas, personal sanitario agotado, anulación de operaciones no urgentes, retrasos en diagnósticos de otras enfermedades, lo deben considerar una bagatela.
Y si en el hospital Isabel Zendal se producen actos vandálicos, sabotajes y demás, una inspección ya y en caso de que sean ciertos, los responsables a la Justicia, sin dilación.
Ya puestos, el responsable de Cantabria, hiperactivo en todos los medios de comunicación, debería callar un poco. Bien esta dar ánimos pero no hipotéticas esperanzas. ¿Puede garantizar que estarán vacunados más del 15% de los ciudadanos de su territorio e iniciar el desconfinamiento por aquello de "salvar en parte algo de la Semana Santa"?. Según su opinión al virus "le va mejor el invierno, disminuye en primavera y desaparece prácticamente en verano".
Además, la lista de los amorales que se saltan el protocolo de las dosis es insufrible. No basta con pedir perdón ni tan siquiera por incumplir confinamientos o participar en una fiesta como han hecho los alcaldes de Catarroja y Alcoy.
En cuanto a este rincón mediterráneo,
Una lección
Y
