miércoles, 16 de septiembre de 2020

"... Desesperadamente busco

un algo, qué sé yo qué, misterioso / capaz de comprender esta agonía / que me hiela, no se con qué, los ojos. / Desesperadamente, despertando / sombras que yacen, muertos que conozco / simas de sueños, busco y busco un algo, / qué sé yo dónde, si supiérais cómo...". Blas de Otero.

En estos reinos briboneros de a cuatro que necesitan a la mayor brevedad posible unos presupuestos generales (ya se encargará Bruselas de frenar, aconsejar y recortar) ha empezado una andadura, que será larga. El anteproyecto de Ley de Memoria Democrática convertirá al Valle de los Caídos en un cementerio civil, la búsqueda de los restos de fusilados se costeará con dinero público, los descendientes de los exiliados obtendrán, si lo desean, la nacionalidad española, etc... por señalar ejemplo. Eso sí, la Fundación que lleva el nombre del que fuera conocido por diversos motes incluidos los de su padre mientras que, entre otras lindezas, era "Angel, custodio del imperio español" anuncia que se instalarán en un país libre y los benedictinos dejarán la Abadia que gestiona el templo.

En cuanto a este rincón del Mediterráneo en el que permanecen muchos menos visitantes




https://lamarinaplaza.com/2020/09/15/otros-dos-fallecidos-por-coronavirus-en-la-marina-alta-mientras-los-contagios-desaceleran/

¡Tan lejos y tan cerca!

Y




                                                           -Pepa Terrón-