martes, 31 de marzo de 2020

Un poema y una lectura


"Con respeto solicito que instalado ya en la gloria, / se me asigne un rinconcito / que no conlleve relumbre / ni señal de vanagloria. / No merezco Majestad con que deslumbre / dada la miseria de mi historia / no más una mesa y cuatro libros / sobre el saber definitivo / y conveniente / que me evite el pasar de la memoria".
Su autor, Antonio Álvarez Solís, periodista, escritor y comunicador ha fallecido a los 90 años.



En este confinamiento, algunos políticos y periodistas utilizan términos bélicos para explicar los estragos a todos los niveles que está produciendo el maldito virus del que ya se nos dice que podría haber repuntes dentro de unos meses cuando ni tan siquiera se ha conseguido parar las cifras de muertes y contagiados a pesar de los esfuerzos ímprobos de colectivos, ciudadanos, responsables y autoridades.

Eso provoca -por supuesto tienen la obligación de informar con la mayor objetividad posible- que el pavor y la desesperanza llenen redes sociales y móviles de cadenas, de estampas religiosas, de supersticiones y de placebos. 
No seré yo quien cuestione. Simple y llanamente, dado que es imposible que a veces, el bien intencionado comprenda que no estás en su línea, respondo con una palabra de afecto o de cortesía.
Cierto es que también llegan fotos que provocan alegría y puntito en el corazón. Maxi, responsable de las tiendas Adolfo Domínguez  y Calzedonia de Calp (Alicante), me ha enviado foto de su hija Johana, recién nacida.

Continuaré manteniendo la línea que he adoptado. Mi reconocimiento a los que ayudan, a los que donan, a los que se bajan sueldos con la esperanza de que cunda ejemplo  en poltroneros  y ni un descalificativo incluso a quienes tratan de aprovecharse para arrancar votos o para lograr audiencia. Tiempo habrá de pedir cuentas a unos, a otros y a los de más allá. 
Lo fundamental es salvar vidas y más tarde, reconstruir la economía, tarea ardua que requerirá sacrificios impensables.

En cuanto a este rincón del Mediterráneo, ahora que el silencio se escucha y casi se "mastica", a las 20,00 horas suenan las sirenas aliviando presiones de encierro.



Un artículo

http://xsierrav.blogspot.com/2015/06/un-poema-dio-nombre-la-sifilis.html

Y



                                                   -Pepa Terrón-