viernes, 28 de julio de 2017

Una cifra


Al parecer y por fin, el número de personas en estos reinos briboneros de a cuatro sin trabajo no llega a los 4 millones. Se apresuraron el de apellido arboleo en plural y el altivo presidente (torras más altas han caído) a cantar victoria olvidando precariedad laboral y el sacrificio de la población que ha soportado y soporta subidas de los servicios esenciales y recortes mientras la corrupción asola diariamente.

Bien es cierto que, según el andariego, todos los partidos la padecen como si fuera excusa.

En cuanto a "la endogamia te espera" más conocida como "Calpe te sonríe", la secuencia de diez minutos largos con el papá encantado de satisfacer los gustos de la criatura





Además y como ocurre en los últimos tiempos, existe coincidencia.



A la misma hora, en la Plaza Colón, Defendamos Calp convoca una manifestación contra la modificación del PP$ que suprime límite de 50 metros de altura en El Saladar.


Un triunfo: El de Mireia Belmonte


Una película

https://www.youtube.com/watch?v=wlsyeXwIsQMy

y siempre Luis Cernuda

"Fue la pasada primavera
hace ahora casi un año,    
en un salón del viejo Temple, en Londres.
Tras edificios viejos, a lo lejos,    
entre la hierba el gris relámpago del río.
Todo era gris y estaba fatigado
igual que el iris de una perla enferma.
Eran señores viejos, viejas damas,
en los sombreros plumas polvorientas;
un susurro de voces allá por los rincones,
junto a mesas con tulipanes amarillos,
retratos de familia y teteras vacías.
La sombra que caía
con un olor a gato,
despertaba ruidos en cocinas.
Un hombre silencioso estaba
cerca de mí. Veía
la sombra de su largo perfil algunas veces
asomarse abstraído al borde de la taza,
con la misma fatiga
del muerto que volviera
desde la tumba a una fiesta mundana.
En los labios de alguno,
allá por los rincones
donde los viejos juntos susurraban,
densa como una lágrima cayendo,
brotó de pronto una palabra: España.
Un cansancio sin nombre
rodaba en mi cabeza.
Encendieron las luces. Nos marchamos.
Tras largas escaleras casi a oscuras
me hallé luego en la calle,
y a mi lado, al volverme,
vi otra vez a aquel hombre silencioso,
que habló indistinto algo
con acento extranjero,
un acento de niño en voz envejecida.
Andando me seguía
como si fuera solo bajo un peso invisible,
arrastrando la losa de su tumba;
mas luego se detuvo.
«¿España?», dijo. «Un nombre.
España ha muerto.» Había
una súbita esquina en la calleja.
le vi borrarse entre la sombra húmeda."

                                                 -Pepa Terrón-