Miren a su alrededor, a la tele y al oráculo del Facebook y demás y confirmarán que se reproducen a la velocidad de vértigo.
Cierto es que la culpabilidad no es sólo suya. Cada uno de nosotros contribuimos a denostar o a ensalzar hechos y personas . A partir de ahí, difícil es por no decir imposible, que callen los que fueron algo pero que en la actualidad, deberían disfrutar de sus retiros, muy superiores a los del resto de los mortales.
Al fin y al cabo, no sólo ha existido el beso de Judas. Traiciones hay casi tantas como seres humanos ya que asistimos reiteradamente a muchas y variadas de quienes, inmersos en la defensa de su "trinchera", guardan silencios incomprensibles ante los miles de ciudadanos que se manifiestan como ayer en la víspera del Día Grande de su tierra y de los reinos briboneros de a cuatro o de los turcos en contra de la dictadura y de la pena de muerte mientras defienden la laicidad del Estado o de tantos otros que pierden la vida en pateras que surcan el Mediterráneo.
En cuanto a "la endogamia te espera" más conocida como Calp, por circunstancias he escuchado hace unas horas, un brote de xenofobia y de estupidez.
Mi respuesta fue narrar lo que me sucedió hace ocho días. En Gabriel Miró había una persona pidiendo. No di nada pero sí devolví saludo, inmersa en el maldito teléfono que suena cuando no quieres. A los pocos segundos, escuché: "Señora... se le ha caído esto". Era un billete de veinte euros. Agradecí el hecho sin aceptar la devolución. La despedida consistió en: "No soy un ladrón". Yo tiré calle abajo, perpleja y sintiendo pinzamientos en el corazón.
Un próximo estreno
https://www.youtube.com/watch?v=OVUscx0o5xA&app=desktop
y un documental:
https://www.youtube.com/watch?v=I1If3w9BK7k
-Pepa Terrón-
