no me tengo por honrado / porque la besó mi padre / me tengo por afrentado ... ". Romance del Cid.
No es mi caso y en lo que alcanza la memoria, tampoco los que me precedieron otorgaron ósculos aunque se me inculcó respeto a quien no pensara de la misma manera.
Era más que evidente que la capa protectora -cual tamaño de la del arzobispo Cañizares- de los unos, los otros y los de más allá, trataría de cubrir todo lo habido y por haber.
De confirmarse, es muy grave que llegaran jurdós de allende los mares para poner en marcha la democracia de estos reinos briboneros de a cuatro. Me temo que -entre idas y venidas- nunca sabremos la verdad y el destino monetario. Al fin y al cabo, León Felipe resumió muy bien el sentir de muchos: "... Yo no sé muchas cosas, es verdad, / pero me han dormido con todos los cuentos y sé todos los cuentos".
Así es que por continuar con banalidades -doctores tiene la Iglesia y no pertenezco a tamaña Institución- el gran hallazgo de una periodista-historiadora es contarnos ¡oh secreto! que el dilapidador del prestigio del que gozó es amante de la buena comida, el vino y las mujeres.
Lo demás, incógnita. Si acaso recordar que si el hijo no desea que no regrese tampoco el padre tuvo actitud honrada con el abuelo, aquel del mucho tatuaje.
Y mejor lo dejo puesto que, por mucho que lo intente, no siento la ternura que me provoca cuando contemplo los estragos de su vejez sino que, al contrario, la ira y el enfado se apoderan de mis entendederas.
En cuanto a este rincón mediterráneo,
ayer a las 11,00 de la mañana
Una lectura
Una puesta en escena
Y