ciudad que ahora en un alba / de fantasía y de sol / naces al mundo, / ciudad aún imprecisa, / con sangre, luz y ensueño / en tus blancas fachadas. / No sé qué madrugada / sobre los edificios voy dejando, / ni que sol mañanero / ilumina la vega, el mar, las calles / interiores en mi. / Hemos cambiado / mundo y yo nuestras luces". Manuel Altolaguirre.
En este sin dios de todos los días en los reinos briboneros de a cuatro, basta que uno con los suyos apruebe una Ley para que el otro, aspirante, se comprometa a derogarla ya que está convencido de que pernoctará en Moncloa aunque debería atarse los machos que Isabelita la de Madrid le pisa los talones y algo más.
En cuanto a este municipio que fue, un puñado no quiere ver la realidad de la suciedad, del ruido y de edificios mastodónticos sobrecargados de gente pero vacíos en invierno mientras que en verano la vieja costumbre de los encuentros anuales prosigue
y algún que otro comerciante que ha apostado por otro tipo de servicios se pregunta si se ha equivocado apostando en un lugar de sol y playa y poco más.
Una lectura
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