libre nuestro hispano suelo, / con un repentino vuelo / la mejor flor de la tierra / fue trasplantada en el cielo; / y, al cortarla de su rama, / el mortífero accidente / fue tan oculto a la gente / como el que no ve la llama /hasta que quemar se siente". Miguel de Cervantes.
Desnortados los reinos briboneros de a cuatro, eso sí con el submarino Isaac Peral, por el fragor de las elecciones convertidas en nacionales y sin haber alcanzado la inmunidad del rebaño (¡qué mal suena!), la una está decidida a celebrar una corrida apelotonados los asistentes y el otro o los otros tras las siglas del partido con nombre de diccionario quieren reunir a los suyos en la localidad madrileña de "Sanse", en el coso conocido como "La tercera".
Mientras, las fusiones, los ERE o lo que se tercie de esa Banca que intenta "librarse" de más de 12.000 trabajadores a la par que los sueldos de sus responsables sobrecogen.
Santa paciencia puesto que son entidades privadas y, por tanto, hacen lo que les da la real aunque alguna se salvó gracias a los jurdós de los españoles y el reintegro se perdió por el camino.
En cuanto a este rincón mediterráneo,
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