domingo, 10 de enero de 2021

"... No esperar, mas tampoco el desespero.

Hacer, sí, de mí mismo aquella sima / en que pueda habitar como sin venas". Ramón Gaya. 

Ha transcurrido, poco más o menos, un año desde que conocí a dos jóvenes  -por circunstancias que más vale olvidar- pero que, a buen seguro y si los dioses lo permiten, lograrán alcanzar su meta de ganarse la vida como cómicos.

Ahora, estudian en Valencia y de vez en cuando tomamos algo. Me cuentan experiencias y  anhelos y me recuerdan mis deseos juveniles de aprender con avidez de todo. En la última cita y ante la situación que atraviesan los reinos briboneros de a cuatro, se me ocurrió comentarles: "Repasad nuestra historia, los españoles somos capaces de las mayores hazañas y de las más vergonzosas ignominias".

Si traigo esto a coalición es, porque una vez más, sanitarios, Protección Civil, cuerpos policiales, guardia civil, miembros de la UME y ciudadanos anónimos han aportado su esfuerzo y generosidad para que los pacientes pudieran ingresar en hospitales, para que no faltase comida o medicación en lugares remotos y aislados y que cientos de conductores atrapados en carreteras y circunvalaciones pudieran regresar a sus casas.

Sin embargo, algunos imbéciles, irresponsables y desalmados, haciendo caso omiso de recomendaciones y sentido común, se han juntado no alrededor de una hoguera sino de una botella de alcohol o jugándose el pescuezo por grabar en sus móviles las hermosas pero peligrosas nevadas que se han saldado, tristemente, con fallecimientos. 

Más tarde, habrá que reparar, restaurar y valorar pero con un atisbo de esperanza, la reclusión voluntaria y también obligada por las circunstancias puede que haya evitado que, durante unos días, el virus no se expanda.

En cuanto a este rincón mediterráneo,


algunos "madrileños" que conozco  y que han estado entrando y saliendo del municipio, a pesar de restricciones en movilidad,  con pesadez inaudita solicitaban fotos, vídeos y zarandajas y enviaban, en bucle, lo mismo.

Al principio, intenté responder con educación. Después, lo dejé.  ¿Cómo pueden decir que aman un lugar si desconocen absolutamente todo de él, a pesar de que, según mantienen, tienen segunda residencia desde cuarenta años?. 

Una película

Un documental


Y